viernes, 22 de agosto de 2014

Símbolo de paz

La cabeza de una talla en madera de la Santísima Virgen que se salvó, en la Catedral Urakami, cuando la bomba atómica cayó sobre la ciudad de Nagasaki, se ha convertido en una reliquia y en un símbolo de paz. Como resultado de la explosión -en la que la catedral quedó destruida e incluso la campana se fundió- los ojos de la Virgen se quemaron quedando las cuencas negras, se ennegreció la mejilla derecha y una fisura recorrió el rostro asemejando a una lágrima.


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